miércoles, 14 de octubre de 2009

Rajaleñas


Carángano, puerca, chucho, flauta de queco, tiple y tambora, son los instrumentos que hacen de la rajaleña un ritmo especial y cargado de mucho folclor.


El rajaleña fue un antiguo canto de los peones en las viejas haciendas del Huila y en él se utilizaba el coplerío regional y una tonadilla musical sencilla y elemental pero de gran originalidad en su modo de cantarse. Las coplas de rajaleña son generalmente picarescas y a veces se exceden en el doble sentido pornográfico como que eran improvisadas por campesinos rudos a quienes se encomendaba el trabajo de menor categoría en las haciendas o casonas de campo, esto es, el de “rajar la leña” para el consumo de las cocinas.

Estos peones, habitualmente muchachos que no servían para menesteres de más iniciativa y responsabilidad, improvisaban, mientras cumplían su monótona tarea diaria, cantas o coplas de burla a sus compañeros para amenizar el trabajo. Estas coplas, por razón de sus autores, se llamaron “coplas de rajaleña” o simplemente “rajaleñas”. Y todas las que resultaban de subido color se asimilaban a éstas aunque no fueran ya ideadas por los peones leñateros. El apelativo de rajaleña procede de la idea de rajar (hablar) de la humanidad, comentar asuntos penosos del compañero con quien se enfrenta, vencer, sujetar, dominar al adversario con una estrofa más diciente, mejor elaborada y de mayor contenido picaresco. El Rajaleña pertenece al género de trovas en cuanto a la copla y a las danzas en razón de las tonadas.

Las coplas son de origen español y según el departamento recibe su nombre, por ejemplo:En Antioquia y el viejo Caldas: Trova; en los Llanos Orientales: Contrapunteo; en los Santanderes: Torbellino; en Boyacá: Guabinas; en la Costa Atlántica: Piquerías y en el Huila: Rajaleñas.

Instrumentos con cualidades sonoras

El Rajaleña como forma popular de expresión de las gentes de las zonas rurales del Huila, difiere de las formas folclóricas de otras regiones del país en la singularidad de su organología que adopta instrumentos procedentes de diversas culturas y crea otros de especiales cualidades sonoras. El rajaleña auténtico es de rigor instrumental del conjunto llamado “cucamba” y que consta de: “carángano”, “puerca”, “chucho”, flauta de “queco”, tiple y tambora. Ocasionalmente agregan una guacharaca o carrasca, pero es elemento superfluo para una percusión que ya está muy bien lograda con los citados instrumentos anteriores. La presencia del tiple y del chucho nos indican el origen andino, cordillerano.

Ritmo cargado de folclor

De procedencia europea tenemos la guitarra, el tiple y el requinto son trasunto de la influencia que sobre la cultura española, tuviese la invasión por los pueblos islámicos del norte de África. Lo son también de acuerdo a determinados tratadistas los membranófonos como La Tambora, derivada del atabal de guerra y uno que en su adaptación huilense, La Puerca o Marrana, es consecuencia de la zambomba usual en España y Portugal. Entre los autóctonos que demuestran la alta creatividad de nuestro pueblo están: El Cien patas, elaborado en dos o tres artejos largos de caña de guadua. El Chucho, alfandoque o huasá, es un tarro de guadua de cinco a siete centímetros de grosor, al cual le introducen piedritas o semillas. La esterilla, compuesto por segmentos de caña unidas entre sí. El Carángano, es una caña de guadua de tres metros a la cual de uno de los costados, se lo han levantado cuando estaba recién cortada, bajo los cuales introducen dos cejuelas de madera.


La rajaleña, es probablemente la más auténtica de las manifestaciones musicales del folclor del Huila, conservado y enriquecido por el esfuerzo de una larga serie de conjuntos pertenecientes a zonas rurales y comunidades urbanas ubicadas en diversos municipios....Entre los grupos folclóricos del departamento que interpretan el Rajaleña están: Aires de Peñas Blancas, Aires de Piedra Pintada, Los Pregoneros del Huila, Los Andariegos, Brisas del Magdalena, Los alegres Obreros, Las critiqueñas y Aires de Fortalecillas, Los Tradicionales de Río Neiva, Los copleros del Palmar y Los Matambos, entre los más importantes.

Traje de rajaleñero

Para el hombre es: Camisa blanca, pantalón blanco, raboegallo (pañoleta de color rojo), el morral o jira en donde guardan su calabazo con guarapo, o aguardiente, tabacos y fósforos, pein'lla o guarruspa colgada a un lado del pantalón; alpargatas de fique, sombrero de pindo, poncho o ruana de hilo y cinturón ancho de cuero.

Para la mujer: Blusa blanca con vivos de cinta roja y cotilla que llegan a la cadera y de manga larga. Falda de hilo de estampados de chochos y florecillas que tapa el tobillo, debajo de la falda se lleva un pollerín blanco con encajes. Entre los accesorios del traje están collares de semillas de fríjol blanco, aretes muy grandes, sombrero de pindo adornado con flores o cinta de galón, trenzas largas y alpargatas.


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