sábado, 5 de diciembre de 2009

A Boyacá




Boyacá es la tierra de mis ancestros,

donde Bolívar forjó la libertad de América,

donde incólumes permanecen sueños

de alcanzar con mi Dios gloria y grandeza.


Es terruño precioso de alfareros

que con arte modelan la esperanza

de emancipar al pueblo de mohatreros

sin presión sin rencor y sin venganza.


Es comarca de inagotables suelos,

donde siempre germina la semilla,

es heredad de padres y de abuelos

vivir en Paz, sin odio y sin rencilla.


La variedad de colores en sus predios

hacen de su paisaje una pintura

donde el Señor usó todos los medios

para mostrar al hombre la hermosura.


Su noble gente de acento pausado

hacen del “Sumerced” una cultura

que del Zaque y del indio fue heredado

para entregar su afecto con ternura.


Al contemplar la nieve en sus picachos

parece al firmamento se extendiera

la belleza cual colcha de retazos

que con manos el hombre la zurciera.


Cuando pisa su suelo el forastero

el regreso no añora que existiera

mas prefiere morir de carranguero

que volver a vivir de una quimera.


Si pudiera expresar mis últimos deseos

quisiera al sepulcro bajar con tonadas,

que se canten torbellinos y bambucos,

que se oigan tiples, requintos y guitarras.


Y cuando llegue de mi viaje al cielo

le pediré al Señor la gran licencia

para volver a aquel hermoso pueblo

que me colmó de orgullo la existencia

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