Historia:
“El Barbero del Socorro” nace en 1996 alrededor de la facultad de música de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia) con el propósito de rescatar y desarrollar la tradición musical de la zona andina colombiana, evidenciando el lugar común existente en todas las expresiones musicales de las regiones andinas del continente latinoamericano.
El trío hace uso de organologías y técnicas propias de la regiones andinas, aprovechando la riqueza tímbrica que se obtiene del diálogo entre los tiples, el tiple requinto y el contrabajo, aplicando una arreglística espontánea, sencilla y directa, asimilable al carácter mismo de la música tradicional de esta región.
“El Barbero del Socorro” nace en 1996 alrededor de la facultad de música de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia) con el propósito de rescatar y desarrollar la tradición musical de la zona andina colombiana, evidenciando el lugar común existente en todas las expresiones musicales de las regiones andinas del continente latinoamericano.
El trío hace uso de organologías y técnicas propias de la regiones andinas, aprovechando la riqueza tímbrica que se obtiene del diálogo entre los tiples, el tiple requinto y el contrabajo, aplicando una arreglística espontánea, sencilla y directa, asimilable al carácter mismo de la música tradicional de esta región.
La agrupación debe su nombre al homenaje que sus integrantes quieren hacer a éstos característicos personajes de las provincias, que además de ejercer su oficio de barberos - peluqueros, fungían igualmente como músicos, sastres y hasta “sacamuelas”, constituyéndose durante una parte de la historia, en singulares divulgadores y creadores de la música vernácula; por otro lado, el nombre pretende también evocar la popularidad de la obra El Barbero de Sevilla, del compositor italiano Gioacchino Rossini.
Sus integrantes han realizado conciertos en salas y auditorios de Colombia, Venezuela, España, Alemania y Francia. Han participado en Festivales como el Mono Núñez (Colombia 1.992, 2.002, 2.005 y 2.006), Hato Viejo Cotrafa (Colombia 2.002, 2.003, 2.004), el Festival Internacional de Colonias (Casanare – Colombia 2002), Festival Internacional de Música Folklórica del País Vasco (Bilbao, España, 2.005), Festival de la Musique delle Monde (Felletin, Francia, 2.005), Festival de Músicas del Mundo (Montoire, Francia, 2.005), X Encuentro Internacional del Tiple (Medellín, Colombia 2006), XV Festival Internacional de Tríos (Cali, Colombia 2006), XXVI Festival Internacional de Folklore de Ciudad Real (España 2007), XXV Jornadas Folclóricas Internacionales (Sevilla – España 2007), XXVII Festival Internacional Folclórico de Extremadura (Badajoz – España 2007), XXV Festival Internacional de Folclore de Cádiz (España – 2007), el Festival Internacional de Plectro (La Rioja - España), entre otros. Sus integrantes han ofrecido conciertos en auditorios como el Instituto Iberoamericano de Cultura de Berlín, Alemania (20 de julio de 2.005), el Auditorio del Consulado General de Colombia en París (30 de agosto de 2.005), el Teatro Colón de Bogotá (28 de septiembre de 2.006), la Sala de Música de la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá, junio de 2007), la Casa de la Cultura “La Estancia” (Caracas – Venezuela 2005), la Sala de Actos del Conservatorio del Liceu de Barcelona (España - 21 de junio de 2007), el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Barber Müller de Barcelona, entre otros. En la versión 2006 del Festival Mono Núñez (Colombia 2006), obtuvieron los máximos galardones en la modalidad instrumental: “Gran Mono Núñez Instrumental”, “Mejor Trío Instrumental” y por tercera vez Ricardo Varela obtuvo el premio “Pacho Benavidez” al mejor tiplista del país, constituyéndose en el único colombiano que ha ganado en tres ocasiones dicho premio. Con el patrocinio del Banco de la República de Colombia, el trío realiza en el 2007 y 2008 dos giras de conciertos por las principales salas y auditorios de Colombia. En el mes de julio de 2007 realizó una gira de conciertos por auditorios de País Vasco, Cantabria y Navarra (España). En el mes de julio del corriente año, la agrupación actuará en Expozaragoza (España 2008) y su tiplista estará en el Festival Internacional de Plectro ha cerebrarse en La Rioja (España, julio del 2008).
Daniel Samper Pizano:
La noche del 2 de julio de 2006, velada final del XXXII Festival Mono Núñez, prometía ser muy reñida. Y lo fue. Competían cinco grupos del más alto nivel en la categoría instrumental, y era difícil pronosticar cuál podría ser el vencedor. Con su participación, El Barbero de El Socorro nos ayudó a los jurados. Escogió dos bellos homenajes femeninos, “Ruth”, torbellino de Mario Martínez, y “Gloria Eugenia”, pasillo de Manuel J. Bernal, ambos incluidos en este disco; con ellos y un tercero obligatorio de Luis Uribe Bueno, está pequeña e inusual asamblea de contrabajo y dos tiples –el requinto, que recorre la melodía, y el armónico, que lo acompaña- conquistó el entusiasmo del público y de los calificadores, y la noche fue suya.
El gran ganador del Festival en modalidad instrumental es un conjunto nuevo, pero sus integrantes veteranos. Los tres habían participado anteriormente con otros grupos y sabían lo que era recoger premios. Sin embargo, por primera vez se aventuraban juntos en un escenario tan exigente como el de Ginebra, Valle. Aunque se conocieron en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y habían tocado muchas veces en parrandas y veladas bambuqueras, el trío solo había nacido pocos meses antes. Ninguno de sus integrantes es de El Socorro (Edwin Castañeda es charaleño, Carlos Acosta de Lima es venezolano y Ricardo Varela Villalba, bumangués), pero lo bautizaron en honor de la cuna de nuestra independencia y de los arquetípicos barberos del pueblo; aquellos que ejercían simultáneamente de afeitadores, peluqueros, boticarios, sangradores, sastres, sacamuelas y animadores de fiestas.
A las piezas ya señaladas se agregan otras del repertorio tradicional colombiano, como “Anita la Bogotanita” (pasillo), “Chispazo” (pasillo), “Yaneth” (Bambuco) y el bambuco “Ausencia”. El mosaico constituye una gratísima exploración de sonidos que guían la metálica agudeza y la agilidad del requinto, acompaña el repique fiel del tiple y respalda la hondura del contrabajo. En total, 28 cuerdas, 30 dedos y tres talentos extraordinarios asociados en un trabajo musical sin antecedentes.
Estoy seguro de que este cedé constituirá un volumen importante en la discoteca de los buenos aficionados a la música del interior, y una estupenda introducción para quienes aún no se hayan zambullidos en sus torbellinos alegres, sus bambucos melancólicos y sus pasillos voladores.
“(…) Uno por uno, los tres Barberos forman parte de la más calificada elite de la música andina colombiana. Varela es posiblemente el mejor intérprete de tiple que hay en estas tierras, como lo certifica su reiterada obtención del Premio Pacho Benavides, el Óscar de los tiplistas. Su viejo carnal requintista Edwin Castañeda, no solo es catedrático de música sino ganador de numerosos concursos. En cuanto al tipo alto del contrabajo, Carlos Acosta de Lima, formó parte de la Orquesta Sinfónica de Venezuela durante veinte años y alterna la música clásica con la folclórica. Los tres llevan a cuestas muchos kilómetros, muchas horas de cuerdas y muchos pentagramas. Han tocado en Alemania, Venezuela, España, Francia y Colombia. Los tres son figuras de conservatorio –de hecho, dos de ellos enseñan en la universidad-, y por eso se dan el lujo de incluir en este cedé una pieza clásica, la Badinerie de Johann Sebastián Bach. Además, los tres creen en los veneros comunes de la música popular latinoamericana, lo que explica la presencia de un joropo venezolano (“Apure en un viaje”) y una valsa brasileña (“El vuelo de la mosca”) (…)”
El gran ganador del Festival en modalidad instrumental es un conjunto nuevo, pero sus integrantes veteranos. Los tres habían participado anteriormente con otros grupos y sabían lo que era recoger premios. Sin embargo, por primera vez se aventuraban juntos en un escenario tan exigente como el de Ginebra, Valle. Aunque se conocieron en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y habían tocado muchas veces en parrandas y veladas bambuqueras, el trío solo había nacido pocos meses antes. Ninguno de sus integrantes es de El Socorro (Edwin Castañeda es charaleño, Carlos Acosta de Lima es venezolano y Ricardo Varela Villalba, bumangués), pero lo bautizaron en honor de la cuna de nuestra independencia y de los arquetípicos barberos del pueblo; aquellos que ejercían simultáneamente de afeitadores, peluqueros, boticarios, sangradores, sastres, sacamuelas y animadores de fiestas.
A las piezas ya señaladas se agregan otras del repertorio tradicional colombiano, como “Anita la Bogotanita” (pasillo), “Chispazo” (pasillo), “Yaneth” (Bambuco) y el bambuco “Ausencia”. El mosaico constituye una gratísima exploración de sonidos que guían la metálica agudeza y la agilidad del requinto, acompaña el repique fiel del tiple y respalda la hondura del contrabajo. En total, 28 cuerdas, 30 dedos y tres talentos extraordinarios asociados en un trabajo musical sin antecedentes.
Estoy seguro de que este cedé constituirá un volumen importante en la discoteca de los buenos aficionados a la música del interior, y una estupenda introducción para quienes aún no se hayan zambullidos en sus torbellinos alegres, sus bambucos melancólicos y sus pasillos voladores.
“(…) Uno por uno, los tres Barberos forman parte de la más calificada elite de la música andina colombiana. Varela es posiblemente el mejor intérprete de tiple que hay en estas tierras, como lo certifica su reiterada obtención del Premio Pacho Benavides, el Óscar de los tiplistas. Su viejo carnal requintista Edwin Castañeda, no solo es catedrático de música sino ganador de numerosos concursos. En cuanto al tipo alto del contrabajo, Carlos Acosta de Lima, formó parte de la Orquesta Sinfónica de Venezuela durante veinte años y alterna la música clásica con la folclórica. Los tres llevan a cuestas muchos kilómetros, muchas horas de cuerdas y muchos pentagramas. Han tocado en Alemania, Venezuela, España, Francia y Colombia. Los tres son figuras de conservatorio –de hecho, dos de ellos enseñan en la universidad-, y por eso se dan el lujo de incluir en este cedé una pieza clásica, la Badinerie de Johann Sebastián Bach. Además, los tres creen en los veneros comunes de la música popular latinoamericana, lo que explica la presencia de un joropo venezolano (“Apure en un viaje”) y una valsa brasileña (“El vuelo de la mosca”) (…)”
fuente: El Barbero del Socorro
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